Roque Dalton

Roque Dalton



SOÑAR LA MESA
(poema con una o dos profecías)

El hecho de que hoy sea jueves no le dice nada a mi hambre
tampoco el que hayan pasado tantas mujeres por mi vida
(no es una manera de decir pues una vez aceptada mi fealdad
los días perdidos en el amor cuélgame como una llave trágica).

Ay profesores de historia críticos cegatos y meticulosos
luego diréis que apelamos a la mentira cuando decimos que tenemos hambre
pero vosotros los que nunca supisteis lo que es almorzar con té
cenar con sopas de agua desayunar con una galleta o un cigarrillo
os engañáis tanto como todas las novias clarividentes.

No quiero proponer nada al mundo
ya suficiente tiene con sus tristes historias
que corren como infinitas gotas de mercurio.
Lo único que hago es decirme que tengo hambre
hambre de gran ciudad civilizada y fina
tanta hambre que me éxito al ver pasar los gatos
que me xito sexualmente digo al ver pasar los gatos
cultor como soy de todas las delicias entrelazadas.

Algún día conoceré a un amigo que se llame Heberto Padilla o algo así
que sea fino como una casa de campo en el otoño de México
hablará francés y sabrá todo lo que por hoy se puede saber sobre vinos
y ganará dinero dulcemente tibio
y me invitará a comer y me invitará a comer.

Más mientras tanto estoy con hambre
el hambre es una especie de cáscara de hierro
que te mete los grandes colmillos en los hombros
y lucha por hacerte rodar por el suelo esa fauce.

Señor Mauricio de la Selva:
¿cómo se atreve Ud. a irse sin dejarme dinero?
Ud. trabaja en la Universidad (llega siempre a la hora)
Ud. está muy bien relacionado en el distrito
Ud. incluso puede permitirse tener muy mal carácter
¿por qué no dejó entonces esos diez pesos mexicanos
que hasta mis cien orgullos suplicaron anoche?

Acepto que aún ayer yo tenía cien pesos
pero no negará que los billetes
son muy malos escudos para evitar que el mundo nos invada
y si Rosa María quiso ir a ver conmigo El Lazarillo de Tormes
no es de ponerse a gritar por el barrio:
"Ay qué daños me causa la belleza".

Rosa María es la chica que más me ha gustado en México
ella no me amará jamás porque soy feo y pobre
y hasta seguro estoy de que algún día en Praga
-menciono esta ciudad para mostrar mis tendencias-
alguna buena gente me dirá que se ha casado
y que hace hijos sorprendentes con su joven marido
con quien almorzará y desayunará (cenarán siempre fuera)
hasta que sus dos muertes los separen.

Ay Sardanápalos irremediables:
quiero hundirme en el más negro infierno a causa de la gula
quiero morir del corazón gordo y rosado
aterrorizar a los doctores con mis intemperancias frente al menú.

Tengo hambre caracoles tengo hambre
hambre sana y robusta como un joven odioso
hambre que crece bien nada torcida
hambre hasta con carnet de identidad y estilo propio
familia antigua dos apellidos y caprichos.

Señor:
¿cuándo estaré contigo
en ese paraíso de cuatro patas que sueño?

HIJO DE PUTA

Mi madre fue la María Pintura.
Sólo yo supe que se llamaba Isabel
y que le gustaba que le dijeran mamá Chabelita
y que lloraba por gusto al ver salir el sol
y que le gustaban unos caramelos en forma de pescaditos
porque decía que se parecían a mí.





2 comentarios:

Anónimo dijo...
15:39
 

¿A dónde conseguiste el primer poema? Es una de las pelazones magníficas de Roque y me intriga mucho.
Luis

grande roque