Jotamario Arbeláez: El maniculitanteo

Jotamario Arbeláez: El maniculitanteo


Hasta hace poco, Víctor Alfonso García era tan solo un mensajero en bicicleta. Hoy es un convicto a 4 años, por el delito de haber posado su mano sobre la nalga de una chica que pasaba por la calle. Otro chivo expiatorio -más expiatorio que chivo-, de nuestra moral sexual, que clava más fuertemente al autor de una pilatuna que a los monstruosos asesinos de motosierra. Se acusa al joven ocioso e irrespetuoso de acto sexual abusivo, y se le aplica una pena similar a la violación.

Al pobre Marqués de Sade le pasó algo parecido en Francia, según cuenta Jorge Gaitán Durán, pues por haber golpeado más o menos levemente a Rosa Keller y darle bombones de cantáridas a cuatro putas de Marsella, pasó la mayor parte de su vida en prisiones, escribiendo cosas monstruosas como catarsis. La revolución lo sacó de La Bastilla y lo condujo al loquero. Fue una víctima del sadismo de sus contemporáneos. En el caso presente las feministas están de fiesta. A una mujer no se la toca ni con el pétalo de una rosa. Y mucho menos en el jopo ni en la calle.

La reacción popular ha sido inmediata. Un gran sector de la población y la gran mayoría de las publicaciones están de acuerdo en que también a la ley se le fue la mano, así demuestre que le ha puesto fin al meimportaunculismo.

Informa la revista Semana que el señor Ministro del Interior, doctor Sabas Pretelt, declaró que Se lo merecía por tocar lo que no debía. Pero habría que declarar que la clase política es la que se ha encargado secularmente, no sólo de manosear al país, sino de incitar a su irrespeto y su desprestigio. O si no, qué tal el aviso publicitario del partido de la U, donde se ve un charco de espermatozoides dirigiéndose a un óvulo que encierra la U de Uribe, y que, luego del título: Cada vez vienen a nosotros más y más colombianos, remata: Vente tú también. No sé quien es el creativo, pero todos estaremos de acuerdo en que se trata de un verdadero pajazo. Pornografía política pagada. Vente tú también. El orgasmo es algo sublime, pero en esta oportunidad no pasa de ser una cochinada.

En las manifestaciones de solidaridad con el mensajero, expresadas a través de las redes de Internet de la prensa, se agravia en forma aun más hiriente a la afectada por el nalgazo, a la inclemente Diana Marcela Díaz, la nalgasdioro. Se la acusa de indeseable, cuando no de provocadora por su atuendo inadecuado, y hasta se acepta la condena del joven por su mal gusto. Pero, en gracia de discusión, habría que decir que cualquier mujer merece respeto. Del gran poeta Apollinaire es este verso, que tengo escrito con espuma de afeitar en mi espejo: Todas, hasta la más fea, han hecho llorar a su amante. Me imagino los próximos 4 años de esta joven administradora de empresas, tristemente célebre por parrandeársele la vida a un jovencito impetuoso a quien un arco reflejo le llevó la mano a su salva sea la parte. No al órgano sexual, que es el que contempla la ley, sino a esa parte del cuerpo que sirve ante todo para sentarse.

El señor magistrado del Tribunal Superior de Bogotá, Jorge Enrique Soto, debe estar satisfecho de aplicar la dura ley al ingenuo practicante de la filosofía del tocador, manual escrito por Sade en el mingitorio. Canazo de 4 años por una infracción que solía castigarse con un carterazo. Algo que, si bien es una agresión, también es una caricia, así indeseada. Habrá que esperar el pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia, si hasta allí se extiende el problema.. La Corte en pleno juzgando un culitanteo. Para que nadie diga que no defendemos los rectos humanos.

Lo que si queda claro es que, con esta sentencia, se pone el tatequieto a lo que podría considerarse un acto plebeyo, practicado impunemente en todos los estamentos. Del jefe con la secretaria, del patrón con la sirvienta, del profesor con la estudiante, del disimulado peatón con la peatona. A los jóvenes reclutas de Piedras no sólo les tocaron el trasero sus superiores sino que les clavaron palos de escoba. Dizque para que aprendieran a ser machos en su lucha contra los subversivos. Y no creo que a ninguno de sus verdugos vayan a aplicarle cuatro años.

2 comentarios:

Jotamario es un sobreviviente del Nadaismo de los años 60 en Colombia, que devino en publicista y columnista delicioso como lo ejemplifica este post.

¡Vaya que sí Julio! Se le puede escribir a Jotamario a ésta dirección nadaismo@telesat.com.co