El sueño de Clara

El sueño de Clara

Estaba sentada en el sillón y no me di ni cuenta cuando me quedé dormida. En mi sueño escucho que golpean la puerta, ¡toc, toc! Abro y es un caballo. Le digo que pase y pasa. Cómo estás Clara me pregunta. Yo le digo que bien. Tienes una linda cola le digo. Me dice que me ponga en cuatro patas que me quiere hacer caballito. ¿Qué te pasa le digo, o acaso crees que soy una yegua? Despierto.

7 comentarios:

Anónimo dijo...
10:11
 

impresionado por el post anterior (encontré tu blog buscando a idea vilariño), prefiero escribir aquí para no toparme con el anónimo intratable, ese que tiene tan claras las definiciones. Conocí a Yoel en el Di Tella.

Debido a la nefasta influencia de Robín este blog ha empezado a andar senderos nebulosos. Enculadas sin ton ni son y otros artificios sacados de quizás que paraíso... en fin.

Anónimo dijo...
21:25
 

Es cierto que hay damas que gustan ser enculadas por potrillos de mandataria poronga, y caballeros de orto en flor, es tradición en tierra gaucha. Pero cuidado con las distancias (la muerte desventrada es apenas un empujón), si bien Sexton Blake no es Alberto Olmedo, ni Lord Byron un manojo de rosas rojas, el romanticismo está colmado de caballos en la cama, algunos muertos como se puede ver el "El Padrino I" y otros relinchando incluso cagando rica bosta sobre colchas de macramé. Por eso la pesadilla romántica, según los discípulos de Freud, es una yegua nocturna que se aparece con tremenda prótesis peneana y ojos rojos que refulgen como semáforos.

La enorme gracia (y tremenda suerte) de tu sueño es haber despertado a tiempo. Auguraba un extraño y tortuoso final, me temo.

Cuídate de los perisodáctilos.
Saludos.

Anónimo dijo...
08:33
 

¿Sueña Clara con la yegua nocturna o con el unicornio colorado, el mejicano?
No creo que Clara reconozca al visitante de su pesadilla. De todas formas el despertar puede tener consecuencias. Si su sueño se imantó en internet que no se extrañe si un día de estos recibe la material visita del destripador municipal que se encarga de transformar la materia poética en chorizos.

Anónimo dijo...
09:21
 

quizas lo que se a puesto de manifiesto con el post en el que Yoel, nos cuenta a medias como hizo para convertirse de pobre y sucio librero en Parque Rivadavia de la Ciudad de Buenos Aires, a artista plastico y prospero empresario ubicado en el mejor y mas caro lugar de la Avda. Corrientes y patron en el viejo parque en donde Vera Miranda compartio su pobreza. Lo importante aqui es contar toda la verdad y no una novela sobre nuestros rumbos. Yoel es un tipo con suerte, a veces la suerte no tiene escrupulos.

Anónimo dijo...
18:07
 

A ustedes sí que les gusta jugar!!
marcelina la fina.