De Natales para el mundo

De Natales para el mundo

Hay que revisar todo. Absolutamente. Es una vuelta de tuerca a la ciencia. Y nosotros que lo teníamos sumamente claro. No somos nada. Y de repente llega un humilde maestro de Religión de un rincón lejano del planeta y nos deja perplejos. Es nuestra contribución al mundo desde Puerto Natales, Chile. No vino de Harvard, ni de la NASA, ni del Massachusetts Institute of Technology. Sino que de la Patagonia. El profesor de Religión de mi hijo es mi héroe. Por fin la ciencia y la religión se han puesto de acuerdo. Los negros son negros por el sol, los blancos son blancos por el frío y los asiáticos tienen los ojos rasgados porque en aquel lugar había mucho viento y entonces se refregaban los ojos. Y los ojos se estiraban. Y se estiraban. Y se estiraban. Y se estiraban.

8 comentarios:

Siempre con preservativo. El heroíno y la heroína: el uno al otro se suben a 900 el alquiler que estaba en 850. Ahí el zarandeo y subasta pues el alquiler no es mutuo, es terrorífico y rompe las pelotas. Vieja teoría de la pena de muerte intervecinal. Dejar el pantalón hecho mierda y para lavarlo contratar a cinco mil abuelas que locas de la vida -la ñata contra el jabón- sacudan los trapos contra las rocas del río. El cilantro, el culo helicóptero. Subvención y exigencia. Entonces, atente a los policías particulares, el gallito atávico remonta su pasado mientras lo cagan a patadas, ojitosangrante al costao.
O sea, cuando me acerco al vecino y le digo: "Dame tu manteca o empeoro a los tuyos". Me cierra la puerta en la cara, y al otro día le habla mal de mí a los otros vecinales.

Está ahora en la cocina La Carmela. Ella es la hija de mi tío Olegario. Habla sin ton ni son. “porque yo le dije a mi chiquitito que no anduviera en trineo y no me hizo caso el otro día vino la Francisca y me regalo un chal un chal parecido al que usaba la tía Rosario que en paz descanse fue bien bonito el funeral de mi papá porque fue mucha gente al que no vi fue al tío Paulino porque parece que compró un campo por allá por Morro Chico es lo que me contó el Beto ¿no has visto al Beto?”.


hugo

Anónimo dijo...
12:51
 

el "Peto Beto" es el único que mueve pitos verdes...

Anónimo dijo...
20:59
 

Hoy le contaba al Momia como conocí al chileno Hugo en los principios del Rivadavia. "El Chile era mi vecino de puesto y nos dábamos mínima bola. Un domingos de esos, él paseó por mi puesto con actitud militar (un entrecejo y un bigote burbujeantes). De pronto se detuvo frente a una edición de "El Último tango en parís" con Marlon Brando en la tapa mostrando el culo. Gritó "¡Es mi libro!" y lo apretó contra su pecho rescatando algo que creyó yo había robado de su tenderete. No era así. El ejemplar venía de una compra cualquiera, no de su puesto. Le expliqué que ese libro no era el suyo, que esa edición abundaba a carradas. Pero no hubo caso. Hugo se quedó con el libro que yo no le había robado. El valor económico del ejemplar no ameritaba el mínimo estrangulamiento. Me asombró que alguien me considerara tan barato.
Domingos después, Hugo me convido a tomar un vermout y para picar nos sirvieron orejas de cerdo en escabeche y él viendo que yo no las devoraba, me incitó "¡Come, Yoel, Come!". Comí y nos hicimos de confianza".
El Momia me escuchó 30 años después de los hechos y dijo: "Yo también soy de esa época".

Anónimo dijo...
09:49
 

Como lobos en una estación seca

Germinamos por todas partes

Amando la lluvia,

Adorando el otoño.

Un día incluso pensamos en mandar

Una carta de agradecimiento al cielo

Y en lugar de un sello

Pegarle

Una hoja de otoño.

Creíamos que las montañas se desvanecerían,

Los mares se desvanecerían,

Las civilizaciones se desvanecerían

Pero permanecería el amor.

De pronto nos separamos:

A ella le gustan los grandes sofás

Y a mí me gustan los grandes barcos,

A ella le gusta susurrar y suspirar en los cafés

Y a mí me gusta saltar y gritar en las calles.

A pesar de todo

Mis brazos se abren al universo

Esperándola.

Muhammad

Anónimo dijo...
17:19
 

gran detalle gourmet esos lobulos porcinos

abrazo hugo!

n.

Anónimo dijo...
17:42
 

En tanto, por mi lado la cosa fue así:Casi todos los días Hugo pasaba a buscar a mi tío Sergio para ir a jugar a la pelota.Yo quiero creer que iban a jugar a la pelota.Mi tío Sergio era para mí, en ese tiempo una mezcla de mi papá, mi hermano mayor, el primo que no tenía, mi mejor amigo del colegío.El se compró una moto, una Kawasaki y me llevaba en las tardes a pasear por Puerto Natales.También iban otro par de amigos a jugar a la pelota, del que me acuerdo más, es del Penchy.Entraba Hugo a la cocina de mis abuelos a esperar que mi tío buscara los chuteadores, una campera, y la pelota supongo.Sigo teniendo mis dudas sobre el asunto.Ahí estaba yo, en el sofá de mi tata, mirando tele o armando un rompezabezas.No sé si en ese tiempo, alguno de los dos reparó mucho en el otro, el era el Nano, yo, la sobrina de Checho.Era siempre primavera cuando ellos salìan a jugar a la pelota.El debe haber tenido unos 20 años y yo apenas cinco.Pero en ese tiempo ya me comía las uñas.

Un abrazo Hugo de la calle Libertad.

17:39

Anónimo dijo...
22:05
 

En Natales nací y a los doce me chorié y vine a Santiago. Mi madre, esa gran culpable de haberme parido, santa mujer, me siguió hasta la ciudad para correrme a fuerza de platazos de sopa. Han pasado 20 años. Ya nadie me recuerda ni me llama a volver. Solo Hugo que sabe que mi madre luego de meter preso a mi padre (mi padre usaba el pelo muy largo),se casó con otro hombre que cada vez que me encuentra, me corre con un palo, pendejo guevón; solo Hugo que sabe lo que no sabe nadie, me escribió al blog llamándome para que vuelva al redil, que vuelva con mi esposa Svetlana. Hugo es como un padre. Es el padre que perdí. Gracias Hugo.