Fingere de Alejandro Ferrer Fernández

Fingere de Alejandro Ferrer Fernández

Afiche de la película Fingere de Alejandro Ferrer Fernández. 
Sucede que Alejandro Ferrer Fernández debe ser en estos momentos, el tipo más querido de Puerto Natales. Seguramente lo será en el futuro. Sus señas de identidad: alto, desgarbado, flaco, bigote blanco y una chaqueta negra identificable a miles de kilómetros de distancia. Si eres forastero y preguntas por él en el pueblo, inmediatamente te dirán que lo conocen, que es su amigo, aunque esto último puede que no sea verdad, te dirán que es su amigo, sólo para darse corte. Vive en Evanston, Chicago, la mayor parte del tiempo, allí es profesor bilingüe de Literatura. En sus vacaciones que invariablemente son en invierno, se corre para su Puerto Natales, baja al pueblo. En una de ellas -en una de sus vacaciones- le comentó a su barra de amigos del bar Melissa, que pensaba hacer una película en Puerto Natales. Primero fue el asombro, después todos estuvieron de acuerdo en que sí, que se podría hacer una película en Puerto Natales. Todos ellos sabían que en Natales, no hay actores, directores, ni camarógrafos, guionistas, iluminadores, sonidistas ni dinero para la epopeya. Sucede que si Alejandro Ferrer Fernández hubiese dicho:" Muchachos, qué les parece si construimos un plato volador". Primero también sería el asombro, luego todos estarían de acuerdo en construir un plato volador. Es que Alejandro, la figura más parecida que he visto en mi vida a Don Quijote, es un tipo como para creerle. Un día me dijo que yo era apuesto y que mi rostro le traía recuerdo de Harvey Keitel en Smoke. Aquel día salí a la calle como Harvey Keitel y fue un día glorioso. Todas las chicas me miraban. Es un Midas bienhechor. Sucede que Alejandro arengó a su tropa. Y los convenció. Absolutamente. Qué importaba que en el pueblo no haya cine. Que no haya actores, directores, ni camarógrafos, guionistas, iluminadores, sonidistas ni dinero. Eso era lo de menos. Eso era nadita de nada. Había que hacer una película. Y comenzaron por lo último -la verdad que una verdadera locura- por el título de la película. Fingere. La película se llamaría Fingere. Y él lo explicó diciendo que fingere es un verbo de origen latino que quiere decir "fingir" y de esta raíz proviene el sustantivo fictio que es ficción. "Elegimos este título debido a que en última instancia, el tema principal es metaficticio; o sea, una ficción que habla de sí misma y de lo que sucede cuando se rompen sus leyes sagradas".
Aquella noche nadie pudo dormir. Nadie de la barra del bar Melissa pudo dormir. Había comenzado la película, por el título. Ahora tendrían que hacerla. Se volvieron a juntar los amigos. El amigo más amigo de Alejandro, Bruno Rodriguez Mattioni, profesor y dueño del bar Melissa, sería el productor general. Ramón Gómez Rogel, sociólogo y empresario automotor, el protagonista principal. Y así todos. Todos los amigos tendrían un papel en la película. Y se habló con amas de casa, obreros, jubilados, poetas, el Alcalde, desempleados, mecánicos, choferes, dependientes de supermercados, futbolistas, concejales, ludópatas, cantantes, peluqueros, carniceros, dueños de nada. Todos ellos tendrían lugar en la película. La verdad que no se necesitaban actores. Nadie salido específicamente del Actors Studio y que hubiese estudiado con Lee Strasberg. Luego averiguando por aquí y por allá, se encontraron con el nombre de dos tipos que sí sabían, Romano Tótoro y Julia Muñoz, ellos manejarían la cámara y el sonido.
No voy a hablar de las vicisitudes que tuvo el transcurso de la filmación. De cómo hacer callar los perros en el patio, proveyéndolos de carne para que no ladraran mientras se filmaba. Miles de anécdotas asociadas a la realización. Pero sí hubo una guinda para la torta y es que, Alejandro Ferrer Fernández, con ese poder divino que nadie tiene, consiguió una locación espectacular para sus primeras escenas. El mítico Essanay Studios. Allí donde se filmó Charlot Vagabundo de Charles Chaplin, la última película rodada en ese estudio En 1915.

La película Fingere son cuatro historias vertiginosas que giran alrededor de un juego de cartas llamado Truco. En donde dos parejas van pergeñando historias mientras el juego se desliza por caminos inciertos. El truco es verdad y mentira a la vez. Es certeza y extravío. Es alagar y zaherir. Es redoble de tambores y caer en un pozo ciego. La gloria y la derrota en fracciones de segundo. Se puede ganar o perder una fortuna, también la vida. La vida no vale mucho en el juego del Truco. Y la película tiene que ver con el juego del Truco. Pero no solamente con el juego. Sino que en historias que tienen que ver con el amor, el desencanto, la muerte, la tristeza, la alegría, la poesía y la esperanza. Que tienen que ver en definitiva, con la vida. En la película de Alejandro Ferrer Fernández está presente la mirada de Favio, Almodóvar y Kusturica. Pero uno sabe fehacientemente, que es la mirada original e inteligente de un director, que ha venido para quedarse. El surrealismo campea por el film, un alemán que no es alemán, un argentino que no es argentino, un cura que no es cura, un domador que no es domador, un poeta que no es poeta, un soldado que es Marlon Brando, una chica que es Leopoldo Marechal y una poeta escatológica que arranca aplausos.
Como decía el poeta chileno Jorge Teillier: "Algún día seremos leyenda" Ellos ya lo son. Alejandro y toda esa caterva de, amas de casa, obreros, jubilados, poetas, el Alcalde, desempleados, mecánicos, choferes, dependientes de supermercados, futbolistas, concejales, ludópatas, cantantes, peluqueros, carniceros y dueños de nada; que estarán siempre en nuestros corazones.

Fingere, La Película
Trailer de Fingere

9 comentarios:

La película me agarró por sorpresa. Mi intención mañanera era continuar la perorata del blog anterior, pero éste también nos comprende.
Quería decirte que entendí a Dios como oriundo de Natales, como un natalino notable.
Recuerdo cuando me contaste que a veces Dios ladraba demasiado y un aparecero cualquiera lo amenazaba con cortarle la ración de maná.
Me parece buenísimo que Dios se haga cargo de las cuentas de los clientes de tu almacén que no te pagan.
Lo supongo como piedra fundamental, tanto del "Fingere" como del plato volador natalino.

Hola: Acabo de descubrir este blog, me gusta. Agrego el link en mi blog para poder acceder con facilidad, y volver a pasar..

Hola Adriana. Un abrazo. Joe: Lo que pasa es que Dios es un ser extraviado que permanentemente anda en busca de aventuras. Igual que a los platillos voladores, le encanta los pueblos chicos. Nadie sabe con certeza dónde aparca y de qué se disfraza. Cuando era chico mi abuela me decía que estaba en todas partes. Yo le pregunté si también estaba en el baño. Quería sorprender a mi abuela nombrando un lugar inimaginablemente divino. Me contestó que sí. De ahí, la idea que tengo de él, es que es un chismoso de primera.

Dios andaría entonces por los caños del inodoro para conocer a los humanos por su cagar.
Hay ratas que también (como precaución ¿n0?)
No se Dios, pero algunas destas ratas trascienden sus simples espionajes y cometen desvastaciones intestinales en desprevenidos defecadores, bien al viejo estilo oriental. Ni la colita queda asomando por el ojete.
Hablando de cine, hoy por la mañana vi "4 de Julio" de Stone con Cruise. El muchacho veinteañero vuelve castrado a casa. En vez de verga tiene catéter. Al principio sigue siendo probélico. La vida lo cambia, se manifiesta antiguerra y escribe un best seller sobre las maravillas del uso del culo (felicidad inconmensurable del cagar y de la inserción anal de pequeños mamíferos). La cinta tiene resolución optimista.

MI abuela María Pedroza Miranda Cárcamo que tiene 99 años, vio su primera película en la plaza de Castro, en Chiloé. Cuando yo era pequeño, siempre me llevaba al cine. Cuando era para mayores, me hacía pasar bajo su abrigo. En el cine Palace de Natales se armaba una batahola infernal cuando llegaban "los buenos". Zapateábamos tanto que un día me rompí un tobillo.

Lindo, che.
Además, generoso.
Mi descripción está casi, casi correcta; se te olvidó decir que "flaco... pero con guata" –como un chingolito... (no hay cosa más fea que tener panza y piernas flacas... uyuyuyyy... gracias por no denunciarme!
Tus comentarios valen mucho para nosotros, créeme.

Un abrazo Alejandro y gracias por La Gran Fingere. Hoy encontré a Spiro, le dije que su actuación había estado muy buena y me dio un beso en la cabeza.

Internet es (ex)la máquina del tiempo. Conjuga lo real con el juego y el sueño (peloteo de posteos en Inmaculada)y a veces me confunde. Confusión benéfica como fue y es el hoy muerto Juan Marino, hombre patagónico y marino siempre cerca del mar, el autor de los mensajes inviolables del dr. Mortis que fueron un bálsamo durante mi vida viajera y luego estática.
Supe que don Marino era nacido en Punta Arenas y de sus orígenes radiofónicos, gracias a Inmaculada (noción prácticamente correlativa del Dios natalino).
"n" me dijo que "Inmaculada" era "la cuna de la cultura patagónica". Acepto el agradecimiento de "n", pero Inmaculada se me ocurre: "nudo patagónico". Nudo como realidad, nexo palpable en medio del maremagnun electrónico.
Los desnudamientos del alma y los ajedreces inalcanzables.

Anónimo dijo...
02:15
 

Vivo en río gallegos y esto me ha echo llorar hasta las lagrimas por mi querdo Puerto Natales. Nunca pense en una pelicula sobre mi pueblo querido y que todos ellos sean de alli Estoy llorando ahora