Gente despreciable

Gente despreciable

Siempre una y otra vez, no sé por qué, hay gente que vuelve a Kafka, el tipo que vivía a vuelta de casa. Al parecer el sueño eterno de todo buen o mediocre escritor. Se dice que si alguien escribe un par de cuentos como él, estará salvado. Alguien por ahí me comentó que uno de los últimos recuerdos de Borges antes de morir fue sobre Kafka. No sobre María Kodama, Buenos Aires o Ginebra. Es lo que me dijeron. Sino que Kafka. Conocí perfectamente a Kafka que vivía a vuelta de casa. Para mí fue siempre un perfecto mamarracho. Un timorato de última. Pusilánime al extremo. Escribiente en la Notaría del escribano Carlos Alarcón Ramírez. Venía a comprar a mi almacén. Era perfectamente insoportable. Una porquería. Una vez intentó pagarme un kilo de tomates con un cuento. Lo agarré del cuello y le di un par de mamporros y una patada en el culo. La verdad que me tenía harto. Hasta la tuza. Y resulta que ahora es famoso, ese petimetre de mierda llamado Kafka, que vivía a vuelta de casa. Que una vez intentó cambiarme un kilo de tomates por un cuento. No sé dónde vamos a ir a parar. Hay otro loco de mierda que se llama Juan Rulfo, que vive al lado de Kafka y que andaba en la misma. Una vez vino y me dijo: "Mire señor, soy amigo de Kafka, y quisiera un kilo de arroz y se lo pagaría el miércoles". Le dije que sí, amablemente, pero que antes me tendría que chupar las pelotas. Se fue sin chistar. Así hay que tratar a esta gente. Gente despreciable.

11 comentarios:

Permítame coincidir ampliamente con usted. El muy hijo de puta, el Kafka ese, es culpable, cuando menos, de no dejar las cosas claras. Al final de La Metamorfosis, por ejemplo, por no dejar las cosas claras, ahora hay toda una generación de jóvenes andróginos y sodomitas. Muy cierto.

Vaya Kafka este, que cuernos se habra creido el muy desgraciado.

Cuando con el Chileno, pudimos robar los dos tomos de Emecé con las obras completas de Kafka en la librería "El Ateneo", los empleados -que nos conocían y trataban como a intelectuales respetables- nos persiguieron y no pudieron cazarnos pues nos disipamos en el gentío de la calle Florida.
Entonces le dije a mi amigo: "Chile, la cagamos". Y él reflexionó: "Kafka bien vale no volver nunca más al Ateneo".

A principios de los sesentas, el Chile me hacía descubrir literaturas. Él desde su pre adolescencia venía empapado de Dostoyevski, y un día me mostró a Rulfo. Allí y demasiado pronto supimos que después de Rulfo no hacía falta "escribir" más ("Ahora hay qué hacer", decía el Chile). Sin embargo, qué caterba de "escritores" vino después. Una especie de pelotudez bíblica apestó el planeta. Mucho más hoy, internet mediante.
Hace cosa de veinte años, el Chileno se liberó desta mierda. Incomprensiblemente yo sigo soportando el oleaje. Y más curiosamente, no pertenezco al selecto grupo de los degustadores de excrementos (filia que respeto por su atrevimiento).

Sebastien Gaboto dijo...
12:28
 

Por favor, no seamos pedantes. Aquí estamos ante una humorada del genio patagónico... ¡Por favor!

Adela H dijo...
18:45
 

Por supuesto que se trata de una humorada. En la construcción literaria se la intuye. Cuando el poeta le pide al mejicano Rulfo que le chupe las pelotas, no es creíble. Cuando los almaceneros canjean alimentos por sexo, no bajan de una fellatio con garganta profunda, provocando el vómito como aliciente del acto.

Séptico dijo...
07:22
 

¡Séptimo!

Me llamaba la atención la cara de rata que aparecía en las fotos del bueno de Kafka.
Un día le pregunté al Chileno, porque Kafka tenía siempre esa expresión... El Chileno se rió y contestó: "Porque siempre estaba pensando en cogerse a su padre".

Fernando De Gegorio dijo...
10:42
 

Kafka fue el mejor y más sugerente escritor del Siglo XX. Borges lo afirmaba. Su visión de la burocracia es tan delirante y agresiva como era realmente. "El Imperio del Estado" sobre los individuos...¡Qué forma de esclavitud preguerra!
Pensar que antes de la Segunda Guerra Mundial, Alemania tenía Ochenta millones de habitantes, todos burocratizados, todos alzados por el carisma siniestro de Hitler.
Kafka no es chiste...

Cuenta Héctor Bianciotti que una vez se encontró con un texto de Silvina Ocampo que decía: "No hay nada en este mundo, nada más bello que un cuento de Kafka, salvo los valses de amor de Brahms". El comenta que tenía aquellos valses y que nunca los había escuchado. Se levantó, escuchó los valses, el opus 52 y quedó absolutamente maravillado.

Anónimo dijo...
12:06
 

Eso pasa cuando uno se bota a escritor...


botarse

Dárselas de algo que no se es, o que tiene una connotación negativa.


* Sinónimos: ponerse, tirarse, volverse.

m.