Corín Tellado

Corín Tellado



Ha muerto la madre de todas las novelas rosas. Poco adscripto a escribir panegíricos sobre escritores recientemente muertos, me saco el sombrero, en este caso la peluca, por Corín Tellado. Confieso públicamente haberla leído en mi adolescencia, y confieso públicamente que me gustaba, es decir, me iba con los personajes al vestíbulo de un gran Hotel de una ciudad que nunca conoceré, lejos de mi pueblito de aquel entonces de 10.000 habitantes, y haberme enamorado de una Leonor que nunca tendré. En mi pueblo había una Frutería y Librería llamada El Tim, una vez a la semana me apersonaba allí para comprar una de Corín Tellado. Le decía al dueño que era para mi mamá. "Le gusta mucho Corín Tellado a su mamá", me decía El Tim. Pasó el tiempo y me fui inclinando por otros autores. Tiempo después, en una vieja revista Paula leí una entrevista que le hicieron a propósito de no haberse involucrado en temáticas más contingentes, en que todos sus personajes eran edulcorados y en una posición no militante. Ella contestaba que no se crea, que muchas veces tuvo que situar personajes y ambientación en ciudades extrañas, que tomaba un mapa de aquellas ciudades en donde nunca había estado, sus principales lugares, hoteles, plazas y parques y hacía correr la historia allí. De esa manera eludía cualquier motivo de censura franquista. En aquellos países extraños todo pasaba, odios, abortos, reivindicaciones sociales, huelgas y la muerte violenta de algún empresario inescrupuloso. Me gustó esa explicación. Me encantó. Tanto que algunos de mis modestos relatos los tomé de aquella visión. Algunas de mis historias han pasado en La Martinica, un lugar también extraño para mí, pero de esta manera evito la maledicencia de algún habitante de mi sensible pueblo. No es nada fácil escribir más de cuatro mil libros. Yo en veinte años he logrado escribir un librito chico de poemas. Corín, si te encuentras con el Tim por ahí, en algún lugar remoto, dale mis saludos y dile, que tus novelas no eran para mi mamá.

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Francisco Umbral escribe sobre Corín Tellado

11 comentarios:

Dos asombros: Uno tu peluca, otro tus lecturas de Corin.
Después, todo el resto de menesunda...
Por respeto a vos, y a mí, voy a plagiar una novela de Corín (se que "una" no es "todas"), trataré de ser rápido, en nombre de Satanás (conservadurismo). El plagio ya lo hice (fugaz explosión mental) y estoy bajo su luz.
Hacia Corín tengo un sentimiento parecido al tuyo y al de Almodovar cuando filmó "Entre tinieblas" (la de las monjas). Tengo un sentimiento parecido al vuestro sin llegar a vuestra compenetración. En el plagio trataré de dar lo mejor que tengo, ser bruto.
Un abrazo, hermano.

Un abrazo Yoel. La peluca la puse porque rima.

Lo tomé como metáfora (a la peluca). Metáfora que funcionaba ganancialmente con el corintelladismo.
Se trata de una confesión que no te animabas declarar a Tim. Al rebelar esa admiración privada, también combina presentar una peluca a resorte, un par de dientes postizos que sirvan de castañuelas, una pata de palo útil para bombear protestas, etc...
O sea, las prótesis (hoy por hoy, las sexuales, pues los felpudos capilares, las dentaduras acrílicas, las piernas de plástico son simples remedos de la necesidad sexual)conformarían la metáfora contenida en la obra de Corín Tellado.
El hombre y la mujer biónica, debieron su éxito a que fueron máquinas de follar aceptadas por el público de Corin Tellado.
Doña Socorro dijo que sus 4.000 novelitas las escribió a mano (a máquina; aparatos que iba descartando según su desgaste) y últimamente dictándolas a su nuera. Esa es la realidad que inspiró a Almodovar, que la debe haber leido con la misma pasión que Vera Miranda.
O sea, Fred Astaire vive en el alma del poeta.

Hug:
¿Corin Tellado es nuestro otro yo? ¿...?
La vieja amaba a Dumas, a Verne, rechazaba a García Marquez, era amiga de Vargas Llosa... Hoy hay tantos escritores buscados por lectores, que se puede hacer con ellos un gruesísimo directorio.
Somerset Maugham dijo alguna vez: "Hay dos tipos de escritores, aquellos que lo hacen por necesidad creativa, y aquellos que lo hacen por dinero. Yo pertenezco a la segunda categoría".
Respecto a los panegíricos soy un inutil, pues voy a morir sin saber quién soy.
No creo que doña Socorro sea mi otro yo (siquiera en Méjico que pude trasvertirme en ella, pude hacerlo). Si estoy seguro que su "nevermore" es un cascote más en la pira de la muerte de todos, mi muerte.

Aurelia Bisutti dijo...
07:56
 

Hoy murió el mosquito del dengue. Las temperaturas inferiores a los 13 grados acabaron con él. Mi marido había obtenido un hermoso ejemplar de 20 cms de alto, muy manso y cariñoso. Ya lo habíamos hecho sangre de nuestra sangre, cuando súbitamente, la baja temperatura de esta madrugada lo carbonizó.
Aceptamos las leyes de la vida, pero una de esas leyes es... recordar.

Dorotea de Amenábar dijo...
08:25
 

Estimada Aurelia; ¿¿me puede decir Usted Que tiene que ver el mosquito del Dengue Farías con la muerte de Corin Tellado?? En todo caso le doy mi pesame y si... es bueno recordar como dice Usted. Es lo que estamos haciendo con nuestra querida Corin que en Paz Descanze.

Aurelia Bisutti dijo...
12:03
 

Son costumbres, quizás manías, pero así como una ama a Víctor Hugo o a Corin Tellado, también ama a su mascota.
No hice más que expresarme. Mi dengue mutante falleció esta mañana y ante mí se hizo un vacío, un falta de sentido de todo, tan terrible como el que le sobrevino al poeta patagónico Vera Miranda al saber que las cuatro mil y pico de novelitas, ya no van a ser más, ni una solita más.
La vida está colmada de golpazos sorpresivos y Corín Tellado habrá una sola (clones habrá por toneladas, así como plagiadores que se relamen descaradamente)
Y el dengue... ¡Mi Dengue! Jamás encontraré otro igual (de ese tamaño, jamás) aunque lo llamen "epidemia".
Dorotea, no si con esto contesto su pregunta. Lo que si le garantizo es que tampoco calmo mi angustia con estas palabras.
Esta es Mi Confesión, correspondiente a la del poeta de este blog, y mi forma de condolerme con todos vosotros, los convocados a llorar por Corín Tellado.

Dorotea de Amenábar dijo...
12:21
 

Querida Aurelia, le digo querida aunque lo la conozco, pero me entra confianza con solo leer sus maravillosas palabras y cuanto Usted quería a su linda mascotita. Le escribí un poema a Usted y a su Dengue, espero le guste, va con todo mi amor. Yo, Dorotea.

La mascota de mi amiga Aurelia

Mi amiga quería a su mascota
y el frío se la mato.
Su mascota se llamaba Dengue y era muy querida
Solo Dios sabe cuando se nos lleva algún ser querido
Pero nos queda el recuerdo de su alegre paso
Al lado nuestro, y eso es muy lindo
Nadie nos arrebatará aquello que hemos amado
Ya que vivirá eternamente en nuestros corazones.

aurelia Bisutti dijo...
22:10
 

En realidad, muerto el dengue, nos queda la transmisión intravenosa, que es nostalgia viva, éxtasis no buscado a la intemperie y sin hoteles alojamiento.
Un clamor epidémico ronronea: "Vamos a la cama" ó "Bueno chicos, yo me voy a la cama".

Dorotea de Amenábar dijo...
22:22
 

Con mi esposo comentábamos lo lindo que es conocer amigas por internet. La verdad que estoy chocha. Una ya tiene sus años y es bonito compartir estos momentos de linda camaradaria con chicas como una. Un beso y abrazo querida Aurelia.

Aurelia Bisutti dijo...
22:00
 

Nunca te creas tanto estas cosas...