Pienso que mañana escribiré
H
ace media hora que tengo abierto el Word y no se me ocurre nada. Ni una puta idea. Nada. A este paso nunca superaré a Hemingway. Algo huele mal en mí. Ya van tres cuarto de hora y nada. Pienso que no sería mala idea dejar de escribir. Dedicarme a la cría de conejos. A postular a un cargo de gobierno. A cruzar a nado el Estrecho de Magallanes. A cultivar mi huerta con patatas. De pronto tocan a mi puerta. Es Sabrina. Junto a ella viene Sofía. Sabrina es prima de Sofía. No conocía a Sofía. Sabrina me presenta a Sofía. Destapo un par de botellas de vino. Algo de música en la biblioteca. Se convierte en una velada animada. Me olvido absolutamente del Word. Que se vaya a la puta madre el Word. No me doy ni cuenta. Estoy en cama con Sabrina y Sofía. Con las primas. Que se besan. Que las beso. Que estamos ahí un tiempo infinito. Luego volvemos a la biblioteca. Brindamos. Se van. Cierro el Word en blanco. Pienso que mañana escribiré. Me voy a dormir.
5 comentarios:
23:41
¡Viva Sabrina!
¡Y Sofía!
¡Que se vaya a la conchadesumadre el Word, el internete, la globalización y todo lo que no sea ese culito que se ve en la foto!
¡Y viva también el poeta Hugo Vera Miranda, que se hace el weón, aunque de weón no tiene un pelo!
¡Qué manera de celebrar ese aniversario de Natales, hermano!
02:57
¿Qué te pasó? te tomaste un martini de Pessoa con dos aceitunas de Bukowski...Qué mezcla!!
14:52
esteee...
una curiosidad.
quienes son los tres retratos que conducen en escalera hacia ese vernáculo poto?
15:14
Saludos Alejandro y Miette. De abajo para arriba. El centro delantero Maiakovski. El defensa central Rimbaud y el mediocampista Baudelaire.
15:14
Saludos Hugo. Hermoso retrato tuyo vestido de mujer.
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