Era hija de un almirante
Al quinto intento pude entrar a su correo. Pensaba que su contraseña era el nombre de su calle y fallé. Luego pensé que era el nombre de su gato y fallé. Solo al quinto intento puse soyestupenda. Y entré. Un mundo maravilloso. Múltiples personalidades. Era suave. Ninfómana. Amante de la literatura. Viajaba por Europa. Le gustaban los gatos. Tuvo intentos de suicidio. Una noche se acostó con Bukowski. Los domingos iba a la iglesia. Tenía tres hermanas. Tenía una hermana. Le encantaba el jazz. No le gustaba el jazz. Había publicado un libro. Le gustaría publicar un libro. Viajaba en avión privado. Nunca había viajado en avión. Tenía 28 años. Tenía 40 años. Decía: te amo Javier. Decía te amo Julián. Vivía en Barcelona. Vivía en Bucaramanga. Tenía Skype. No tenía Skype. Amaba la poesía. La política. El balonmano. Las pelis de Woddy Allen. Le encantaba Corín Tellado. Viajar en barco. Le habían propuesto trabajar en una película. Practicaba esgrima. Era hija de un almirante. Le gustaba el sadomasoquismo. Era tierna. Pertenecía a una ONG. Su padre era miembro de honor del ejército francés. Tenía una hija pequeña. No tenía hijos. Su abuela era una vieja actriz que había trabajado con Robert Mitchum. Le escribí un correo en donde le decía que en verdad no la amaba y daba por terminada la relación. Que era mi último correo. Me contestó que era un canalla. Que había dado todo de sí para conservar nuestra relación. Que nadie me querrá como ella. Que era un hijo de puta y que me vaya al quinto infierno. Etcétera. Volví a entrar a su correo y anulé su cuenta.
4 comentarios:
08:42
Magistral, Hugo. De una pieza y con un sentido del humor, fresco como el perejil. Te felicito, un abrazo.
Manuel
13:41
Un abrazo Manuel Marcos.
17:40
Es en ser y no ser,tener y no tener, vivir y no vivir, :)
Saludos.
21:50
Saludos ohma.
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