Era la primera vez que estaba con una mormona. Mejor dicho, era la segunda vez que estaba con una mormona. Con la misma mormona. La primera vez vino a casa ofreciéndome caridad y la prédica de Joseph Smith (hijo). Vino a casa con una mormona mayor que la vigilaba o la instruía. No lo sé. Volvió una noche para seguir donde habíamos quedado aquella vez. Aquella vez cuando vino con la mormona mayor. Las visiones de Joseph Smith (hijo), y toda la parafernalia aquella. Me sorprendió que le gustase el grupo La Mórbida. También que aceptase una cubata. Dos cubatas. Tres cubatas. Luego nos fuimos al sillón de mimbre Julio Iglesias que tengo para la ocasión. Pronto la mormona estuvo a horcajadas sobre mí. En el viejo sillón de mimbre Julio Iglesias.

- ¿Te gusta?
- Sí.
- ¿Seguro?
- Mucho.
- ¿Te duele?
 - Un poquito.
- ¿Quieres que te la saque?
 - ¡No!