Mi ropero es mi hogar

Mi ropero es mi hogar


Mi cuerpo prescinde del abrigo de la fe. Soy un puntito en el horizonte de tu corazón. La sal helada es mi alimento cotidiano. La belleza presentida es un atisbo de aquelarres danzando. Un día te llegarán noticias de mi esqueleto. No temas quedarte encinta con mis poemas. No te preocupes. No son para ti. Los huesos del amor tamborilean frente a una fogata apagada. Necesito dioses gigantes para la estatura de mi condena. Estoy habitado de una música que no me pertenece. Soy un indeseable extranjero de un cayuco enloquecido a la deriva. Un navío febril me arrojó a la costa. Algún deseo no manifestado, arrasó con el vendaval de mis pasiones. No habré de llegar a destino. Siguen apareciendo asesinos seriales por casa. Están por todos los rincones. Imposible lidiar con ellos. Son veloces y temerarios. Ellos se encargarán de mí. Luego nada. Ni siquiera seré un número. Deberé renacer las veces que sean necesarias. Armarme de coraje y dar aquel Gran Salto. No hay para la liberación mejores elementos que el cansancio. Y aún así. Mi ropero es mi hogar y este mundo mi desdicha. Lejos del amor, la caricia y el fuego, soy un lemúrida que necesita una poción mágica. Algo que sé, no está en este mundo. Volveré con el frío en el viejo trineo de mi infancia. Mis abuelos me regañarán por no haber hecho los deberes.

Fotografía de Facundo Mazzeo.

4 comentarios:

Hugo, muy inspirado,has henchido mi corazón, la desazón y la nostalgia remitida a la etapa donde vivimos, por lo general, sin preguntas...

Una fotografía: "Volveré con el frío en el viejo trineo de mi infancia. Mis abuelos me regañarán por no haber hecho los deberes."

Anónimo dijo...
10:17
 

Hhmmm..., yo creo que sí soy un puntito en el horizonte de tu corazón. ¡Te quiero, Hugo!
Muchos besos desde dentro del auga.
Anxos

Un abrazo U.

Un abrazo Anxos.