17 con 20
Una vez ingresé a la mejor librería de la ciudad de Punta Arenas, Chile. Trataba de encontrar "El recurso del método" de Alejo Carpentier . Me apersono donde un grandote con pinta de profesor Jirafales y le pregunto por el libro, corrigiéndome me dice:"perdón señor, no se llama el Recurso del Método, se llama el Discurso del Método y es de René Descartes , no de Alejo… ¿cuánto?". Al final llegaron los carabineros cuando vieron que intentaba despedazar al señor Jirafales.
En otra ocasión, trabajando de librero en Buenos Aires, me tocó atender, en la gloriosa Librería de las Luces de Avenida de Mayo, un caso muy particular. Viene una empleada de la librería y me dice "Ché Hugo, atendela vos por favor". Se trataba de una decoradora de interiores con un pedido extravagante, la flaca, rubia, de lentes, quería 17 metros con veinte centímetros de libros, los quería gruesos, ojalá de cuero y antiguos. Pasado el primer impacto de su requerimiento, me contó que se trataba de una pareja de buena posición económica que quería decorar una pared con una biblioteca. Inmediatamente pensé en Pablo de Rokha cuando dice que en ciertas ocasiones los libros adornan bastante.
Aquella vez por mi venta recibí un dinero extra. Yo, a la flaca, rubia con lentes y decoradora de interiores también le hice un obsequio, le regalé 20 centímetros.
En otra ocasión, trabajando de librero en Buenos Aires, me tocó atender, en la gloriosa Librería de las Luces de Avenida de Mayo, un caso muy particular. Viene una empleada de la librería y me dice "Ché Hugo, atendela vos por favor". Se trataba de una decoradora de interiores con un pedido extravagante, la flaca, rubia, de lentes, quería 17 metros con veinte centímetros de libros, los quería gruesos, ojalá de cuero y antiguos. Pasado el primer impacto de su requerimiento, me contó que se trataba de una pareja de buena posición económica que quería decorar una pared con una biblioteca. Inmediatamente pensé en Pablo de Rokha cuando dice que en ciertas ocasiones los libros adornan bastante.
Aquella vez por mi venta recibí un dinero extra. Yo, a la flaca, rubia con lentes y decoradora de interiores también le hice un obsequio, le regalé 20 centímetros.
4 comentarios:
09:30
Bueno tu post... Y qué tal era la rubia?
14:24
¿Pudo ser la Librería Fénix? Había allí un señor alto, me parece de apellido Obilinovic, quien me contó la misma anécdota de los libros para decorar.
01:31
Vickery
12:26
Una vez una vieja de punta arenas le contó a un escritor que tenía una gran biblioteca,entusiasmado ante la descripción el escritor puntarenense se apersonó en el lugar y oh sorpresa...¡era verdad!.Una vez allí le pidió a la vieja que le mostrara algún libros de Baudelaire...ella le contestó...baudelaire...con V o B?....ahhh la vieja era escritora...al menos eso decía y el escritor tenía un apellido croata.No lo recuerdo,pero no importa.La flaca de Baires era más erudita.Por lo menos.Más que la vieja de marras.
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